domingo, 29 de abril de 2012

CAMPAÑAS, ENCUESTAS Y DEBATE PRESIDENCIAL


COLUMNA
CHICOTAZOS



FREDDY SECUNDINO S.

Las campañas por la Presidencia de la República están por entrar en la tercera velocidad, a partir del debate entre los candidatos, el domingo 6 de mayo.
         Como es natural, las empresas encuestadoras están haciendo su agosto, pero sin quitarse de encima al monstruo bicéfalo que representan sus similares independientes (sin lucro económico) y las redes sociales.
         En las que se “sondea” al electorado y son pagadas por partidos políticos o empresas privadas (medios de comunicación u otras), el universo de ciudadanos consultados es, en general, de cinco dígitos. Es decir, sólo unos cientos.
         Por el contrario, las encuestas que realizan organizaciones no gubernamentales civiles, instituciones de educación superior o páginas de internet (inclusive, hasta una que otra empresa o medio de comunicación, como UNO Noticias y Univisión, entre otras), la cifra de electores consultados rebasa por mucho a aquéllas, e inclusive, algunas son permanentes –en tiempo real, como la del periódico El Universal-- y circulan, sobre todo, en Facebook.
         Las primeras (las compradas) ponen a Enrique Peña Nieto muy por arriba de Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador. Pero en las segundas, el orden y los números se invierten. En todas estas, AMLO aparece, al menos, con un 40 por ciento de las preferencias, seguido de la panista --pero muy lejos--, y el priista en un raquítico tercer lugar. De Quadri, ni hablar, pues no llega ni al dos por ciento de la intención del voto (de ahí que tome fuerza cada vez más el rumor que tal vez pronto sea un hecho: su retiro de la contienda y el Partido Nueva Alianza se alíe, de facto --por ley ya no se puede-- con Peña y el PRI.

SPOTS “CHATARRA”

Mientras tanto, los tres principales candidatos destilan en televisión y radio promocionales vomitivos, que ya hartaron a la población porque no dicen nada rescatable y son aburridos. Ya ni como productos “chatarra” se antojan.
         Los medios electrónicos resumen en míseras notas informativas de alrededor de dos minutos de duración todo un día de campaña y las repiten hasta el cansancio en todos sus espacios noticiosos. En los programas especiales de supuesto análisis, la mayoría de los comentaristas dejan muy claras sus preferencias por uno de los tres aspirantes a Los Pinos.
         A Peña nunca le restan puntos y casi se congratulan porque va en primer lugar en sus encuestas (no mencionan las independientes ni las de las redes sociales) y a muchos de ellos como que les urge que ya sea 2 de julio para cantar victoria, o casi piden que se le imponga ya la banda presidencial al iletrado candidato del teleprompter.
         De Vázquez Mota afirman que no será alcanzada por AMLO y le ven virtudes donde el grueso del electorado comprueba lo contrario. Y de AMLO no escupen más críticas porque no les alcanza el tiempo y éstas se quedan, sobre todo, en que “ya está viejo”, en su carácter o en que “cómo es posible que ahora sí quiera debatir varias veces, cuando en el 2006 se rajó”.
         Con todo esto, y más, llegarán los candidatos al debate del domingo 6 de mayo en el World Trade Center de la ciudad de México.

EL IFE Y PEÑA

Ya es un escándalo el hecho de que el Instituto Federal Electoral ha permitido muchas concesiones a Peña, desde su negativa a investigar desde ahora el evidente sobregasto en su campaña proselitista, tarea que ha dejado para después de las elecciones.
         Y es que, como no muchos saben, la ley electoral (la de 2007, redactada por el PRI y votada por el PAN y parte del PRD) tiene tantos huecos como una coladera del desagüe. Tantos, que si resultara que Peña y el PRI rebasaran el gasto legal, a lo mucho recibirían sanciones económicas que ni siquiera equivaldrían al vergonzoso e histórico “Pemexgate” del año 2000.
         Así, los consejeros electorales se pueden hacer los Pilatos aztecas sin mayor rubor, aunque un mínimo de sensatez política y sensibilidad democrática los haría, al menos, realizar una rápida investigación al respecto e imponer la sanción correspondiente signada en la ley electoral, que ellos (vale decirlo) no hicieron y, mal que bien, sólo aplican.
         Con ello, tal vez lograrían quitarse un poco del lodo que los ensucia y rescatarían algo de la credibilidad perdida hace mucho por el IFE como institución dizque “ciudadana”.
         Se puede dar por sentado que AMLO y Vázquez Mota se lo restregarán en la cara a Peña en el debate, a lo que él, a lo mucho, responderá que todos los gastos están apegados a la ley y quizá tenga razón porque el PRI acostumbra comprar “paquetes electorales”.
         Con conciencias y simpatías incluídas o no, toda su publicidad la acuerda a base de convenios que llevan “de pilón” favores posteriores a una elección, en caso de ganar.
         Iluminados por el dinero seguro y estos favores comprometidos, sus clientes le hacen grandes descuentos, lo suficientemente accesibles como para que a la hora de presentar cuentas ante el IFE, no se le hallen sobregastos. Así de sencillo. Aunque, claro, independientemente de las trampas que los priistas bien aprendieron y aplican siempre.

DURANTE Y DESPUÉS DEL DEBATE

En el debate, Peña hará todo lo que esté a su alcance para dejarse ver como el galán de telenovela que puede ser Presidente del país porque tiene propuestas tan bellas como lo ven a él muchas mujeres. Vázquez Mota y AMLO (en ese orden) intentarán anteponer a su guapura lo ignorante que es en muchos temas torales para la nación.
         Peña no se enredará en un debate de confrontación de críticas y/o de propuestas no porque no quiera discutir algo, sino porque no es capaz de hilar con soltura y credibilidad dos o tres ideas. Es decir, no es un político hecho para la controversia.
         (Quadri será el francotirador “oficial”. Es decir, él se encargará de golpear a AMLO, a quien, por cierto, Vázquez Mota ignorará, a fin de darle a entender al electorado que ella es quien tiene todo para pelearle a Peña el primer lugar, así haya una o mil encuestas que indiquen su caída vertical en la intención del voto.)
         ¿Pero quiénes estarán atentos al rígido debate?... La mayoría del electorado no lo verá ni siquiera por morbo. Será la forma como los medios de comunicación lo retomen a partir de esa noche lo que provoque más polémica, y no lo que hagan o digan los contendientes presidenciales.
         Es prácticamente imposible que cambien las posturas hasta ahora mostradas por los comentaristas políticos. La mayoría, si no es que todos, sólo agregarán un supuesto por qué del “triunfo” de su candidato en el debate, y remarcarán las fallas (sus “razones”) de los demás.
Esa misma noche y al día siguiente, abundarán las encuestas (pagadas e independientes) sobre quién ganó el show. Pero las verdaderamente creíbles serán, sin duda, las que naveguen en las redes sociales. A ésas hay que ponerles mayor atención.





jueves, 12 de abril de 2012

LA CANÍBAL (cuento)


LA CANÍBAL

(...o el tratado de la caridad)


FREDDY SECUNDINO S.

Los ocho días que Prudencia esperó para que la carne se marinara en vinagre, valieron la pena: sus invitados VIP se chupaban los dedos al degustar la delicia que les había cocinado con particular placer ese domingo.

Era, según les dijo ya en la mesa, "Cerdo borracho con pulque al estilo jabalí".

-¡¡¿What?!! -exclamó Clara, su mejor amiga, mientras los demás la miraban boquiabiertos, mostrando la comida masticada, como petrificados... Sin preguntas.

Ahora que saben la verdad, también están como petrificados, sin preguntas.

Todos sabían que Prudencia era, a pesar de su juventud, una experta de la cocina nacional. Se le daba fácilmente.

Creaba sus propias recetas. Todos los VIP de ese domingo, los de siempre, saben que los platillos de Prudencia tenían un sabor especial, único.

¿Quién podrá olvidarlo?

-Pues sí, "Cerdo borracho con pulque al estilo jabalí" - reiteró ese día ante sus invitados.

Y, pues no, nadie lo olvida.

Era una combinación de recetas que Prudencia vio en un recetario de cocina que Clara le había regalado.

Siendo niña, Prudencia urgaba continuamente entre los recetarios de la abuela, quien le enseñó el arte culinario.

-Échenle oreja -sugirió a sus amigos ese inolvidable día, con tono académico.

Habló rápido y emocionada, los detalles al máximo y las manos acompañándolos:

-Por ejemplo, para dos kilos de carne deshuesada -para seis personas-, 150 gramos de chile ancho, medio litro de pulque blanco, cervezas, vinagre, media cebolla morada rebanada, dos dientes de ajo, manteca, una lechuga, un manojo de rabanitos, una cucharadita de sal, 20 gramos de azúcar, además de tomillo, laurel, albahaca, perejil, salvia, cilantro, trébol, hierbabuena, bayas de enebro, corteza verde de nuez, clavo y pimienta...

Todos comían con singular alegría, mientras Prudencia se regocijaba explicándoles cómo debían preparar tan exquisito manjar.

-Pones a marinar la carne en vinagre durante ocho días -continuó-, sazonada con las especias, calientas en una cazuela dos cucharadas de manteca y, junto con la cebolla, fríes la carne hasta que esté medianamente dorada, luego mueles el chile , el ajo, la pimienta y todo eso, y le añades vinagre. La pasta que resulte, la fríes en la manteca que quedó de la carne y la metes a la cazuela, bañas la carne con el pulque, tapas la cazuela, la dejas cocinar a fuego lento hasta que se haya consumido el pulque y la salsa esté muy espesa...

Prudencia los miraba comer ansiosos, como saciando un feroz apetito, chupándose los dedos, probando entre sí los platillos...

-¿Y luego? -apremió Clara.

-Pues sacas la carne, que se escurra, la cortas en trocitos, la devuelves a la cazuela, bañada con cerveza, ¡y ya!, aquí tienes el resultado. Muy rico, ¿no?

-Como quien dice, para el marrano asesinado la cerveza es el shampoo en su baño de sangre -intervino riendo uno de los jóvenes.

-Exactamente -aprobó Prudencia, con garbo-, el último toque, la del estribo.

Tomó su caballito de tequila, brindó en lo alto, lo bebió de un trago e hizo lo que embelesaba a todos.

-¡Cool! -admitió con liviandad el más chavo de la mesa.

La comida, servida en platones de barro, estaba decorada con hojas de lechuga y rabanitos cortados en forma de flor. Hubo tortillas de maíz, claras y negras, hechas a mano y recién recalentadas. También dispuso dos molcajetes repletos de salsa a la mexicana. Y lo que todos bebieron extasiados fue un preparado especial de tequila creación de Prudencia.

Algo inimaginable.

-Un banquete de auténtica cocina nacional -alardeó al invitarlos.

Sin embargo, el deguste no inició ahí. Una hora antes les había abierto el apetito con unos tamales de elote con carne, el mismo tipo de carne del platillo principal. También eran una delicia. La sopa era de chícharos.

¿Y de postre?

Mmmm, una ricura llamada "Coscorrones", que no es más que una combinación rara y complicada de preparar compuesta por huevos, harina, azúcar, limón rallado y mantequilla.

Algunos de los ocho comensales se quedaron con la idea de que habían comido, sí, carne de cerdo. Otros, que de jabalí. Prudencia siempre dijo: "Cerdo". Lo cierto es que todos sus platillos tenían un sabor especial. Para sus amigos, si no era cerdo, a ratos era res, e inclusive, conejo o pavo...

Eso creyeron.

Hoy saben la verdad y están consternados, sufren pesadillas al dormir y ven fantasmas. Cuando comen algún tipo de carne -si es que lo logran-, la vomitan poco después de ingerirla. No pueden ver la moronga...

Prudencia ha muerto de "Kuru", una extraña enfermedad humana parecida a la de las "vacas locas" y que es consecuencia del canibalismo. La prudencia ha dejado de ser para convertirse en un debate público de antropofagia... ¿policíaco?, ¿médico-psicológico?, ¿moral?, ¿de cultura?, ¿de educación?... Prudencia fue la muerte estilizada en mujer: es la primera asesina en serie caníbal en la historia mundial. ¿Podrá usted creerlo? ¿Caníbales en este siglo? ¿Una mujer?

Sí.

Una mujer culta, de familia "bien", universitaria, excelente estudiante, graduada con honores, rica empresaria, conservadora y a ratos liberal, reconocida altruista con niños, de "intachable" trato social, aunque solitaria... Esa mujer murió joven, siendo una multihomicida antropófoga y sin haber pagado ninguno de sus crímenes. Nunca la descubrieron y, más bien, fue ella quien decidió confesar sus fechorías en el lecho de muerte.

Es el primer presunto asesino serial de nuestro pasado y presente a quien se le juzgará y se le condenará mientras su cadáver se pudre bajo tierra. De los veinte asesinatos que cometió en diez años, llevó al detalle un diario del antes, durante y después de cometido cada uno de ellos.

Prudencia murió joven, muy joven, a pesar de tanto mal. Acababa de cumplir los treinta y tres años de edad. No a todas sus víctimas las descuartizó, las cocinó en su totalidad y las compartió con sus amigos, pero de las veinte, una mitad fueron hombres y la otra mitad mujeres. La policía tiene en su poder el diario y audiocasets en los que ella misma grabó su confesión ante el arzobispo primado del país.

Las coincidencias entre los casos que explicó y los propios registros de la policía, son contundentes y no hay duda de que es verdad todo lo que le confesó al jerarca católico nacional. Son los únicos crímenes perfectos cometidos hasta ahora en el país. Por algunos de ellos, en las cárceles hay sólo chivos expiatorios pagando una condena ajena. El "presunto culpable" está muerto... O, más bien, muerta. Prudencia, autora confesa post mortem de veinte crímenes, murió de "Kuru", la enfermedad de los caníbales.

Esta historia no tiene ningún parecido con la realidad... Sucedió así como lo cuento.

********

-Maté a veinte personas, las cociné y las compartí con amigos y niños huérfanos -dijo de entrada Prudencia a su confesor, a quien previamente le había enviado una carta y éste, ni tardo ni perezoso, acudió al domicilio que en la misiva le indicaba.

Aseguró no ser ella mientras cometía los crímenes, que se imaginaba como poseída, en trance, pero que no recordaba detalles, que todo estaba en su diario.

Y así es.

Prudencia era una persona que aun poseyendo las mejores virtudes, fue capaz de hacer suyos los pecados capitales. Padeció una belleza amarga y disfrutó con dulzura sus delitos. Fue la antitesis de sí misma. Pidió perdón ante el arzobispo a toda aquella persona que haya dañado. Nadie como ella ha sido tan sutil en la burla. Los cuerpos policiacos lloran de vergüenza. ¿Cómo es posible que una mujer haya sido capaz de hacer tanto en contra de tantos y durante tanto tiempo?... Bueno, eso se preguntan los policías. Prudencia hará cambiar las leyes penales del país. Movilizará conciencias en todo el mundo. Hablarán de ella en los palacios de gobierno de las grandes potencias, los científicos se distribuirán tan delicioso pastel, se harán películas, programas de televisión y de radio, se escribirán grandes reportajes, entrevistas a cualesquiera, cátedras universitarias, mesas de discusión diversa..., palabras eternas. Lo que hizo Prudencia supera por mucho, muchísimo más lo hecho tiempo ha por la asesina de niños inglesa Myra Hindley.

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Prudencia es ahora "La Caníbal", nombre de su caso en el código de los archivos policíacos.

La sobremesa del viernes se prolongó toda la tarde, entre comida, tequila y café. Llegaron a la casa de Prudencia al filo de las ocho de la noche. De ahí en adelante, con un intervalo para comer algo y volver a emborracharse, fueron caricias, abrazos, besos, palabras al oído, cuerpos ardientes, respiración acelerada, sexos ansiosos, en el clímax de la reconciliación, el rescate de movimientos, de puntos sensibles, vagina húmeda, mojada, caliente, punzante, un pene a punto de reventar, un "ya por favor, ya por favor" lento, sin prisas, pero sin pausas, que entra suave, despacio, se incha y se pone más duro, lo recuerda muy bien, claro, el día que le dio a Jesús, como regalo de cumpleaños, lo más preciado, lo más suyo, lo más profundo, tierno y rosado, y él, experto ya en esas lides, la trató como ella lo esperaba, sin dolor, sin tropiezos, con pasión, con ardiente deseo, con un unisónico "ay, ay" de placer absoluto, de entrega total, ¿cuántas veces esa noche, Jesús, cuántas?, ¿recuerdas cómo te lo pedía y cómo me respondías?, ¡qué buen semental eras, desgraciado!, dos, tres, cuatro, cinco, hasta diez orgasmos contínuos, de noche, de tarde, de madrugada, de mañana, ¿de dónde me salía tanto lubricante para tu incansable verga?, ¿cómo es que producías tanto semen para bañarme, para lavarme por dentro, para rociarme tu calor, tu esencia?, cómo te retorcías y gemías sobre mí, sobre mis carnes más inocentes, ¿lo recuerdas, Jesús, aún no se te olvida?, tú me perforaste entre mis piernas, tú cambiaste el olor de mis flujos más profundos, olían a guayaba, a flor de durazno, sabían a papaya con miel, tú te los bebiste tantas veces, tú empapaste tu verga con ellos (¡ay, Dioooos!) tantas veces, chapoteaste, nadaste en ellos, te revolcaste en ellos, fuiste imprudente con ellos, y los ensuciaste, les diste otro aroma, otro sabor, más fuerte, más agrio, más viejo, mi himen, mi inmaculado himen, ¿recuerdas?, tan frágil y tan potente, cual nariz, sólo tenía dos minúsculas perforaciones, apenas para respirar, era virgen, Jesús, ¡Cristo, virgen!, ¿sabes lo que es dejar de ser virgen?, claro que no, ¡pendejo de mierda!, porque tú sólo tienes verga, y con ella rompiste, desgarraste, desfloraste, ¡destrozaste mi himen!, con ella lo hiciste cambiar, gracias, Jesusito, no te olvidaré nunca, te voy a inmortalizar, te voy a convertir en historia, tú naciste para morir junto a mí, si yo te di, te compartí mi sangre más profunda, mi sangre inmaculada, tú tendrás que compartirme tus fluidos, tus ríos, tu mar, porque éramos únicos, mis amigas me envidiaban cuando les hablaba de ti, "préstamelo", y yo no, cómo creen, están locas, apenas y me llena a mí, y no, no me llenabas, no me cansaba de ti, de tus manos, tus tetillas, tan tímidas y tan ligeras, y tu trasero, ¡ay!, tu trasero, Jesús, Jesusito, muá, pero sobre todo tu verga, Jesús, tu verga que no sólo expulsaba semen a chorros, biscosidad caliente, rica, untable en el pecho y en las nalgas y en el ombligo, tú en tu estado semental eras encamable, enteramente acariciable, mamable, babeable, mordisqueable, ¿cómo olvidarlo, Jesús?, ¿cómo, Cristo mío?, a ver, dime, dímelo ahora, cuatro años de no hacerlo, cuatro años de no sentir tus poros respirar, cuatro años de sequía, cuatro años de desierto, cuatro años de vigilia, cuatro años de no encontrarse nuestros sexos, cuatro años sin orgasmo, Jesús, ¡cuatro años sin orgasmo!, ¿dónde quieres que deje tanta energía, tanto deseo reprimido?, ¿en la verga de quién?, no Jesús, si no ha de ser en la tuya, no será en ninguna, sólo la tuya, la tuya que siempre andaba tiesa, la tuya, sí, la que tanto chupé, mordisqueé, endurecí y la hice venirse una y otra vez, la tuya que entraba en mi boca y me la quería comer, en mis manos y me la quería comer, en mis pechos y me la quería comer, en mi entrepierna ¡y me la quería comer!..., yo sobre ella, tú atrás de mí, explorando mis nalgas, mi espalda, mis senos, mi cuello, mi pubis, mi clítoris, entras, sales, entras, sales, me volteas, mis pies sobre tus hombros, tus manos sobre mis pechos, empujas a gran velocidad, te detienes, metes sólo la puntita, te mueves para un lado, para el otro, mi punto G, mi punto G, ya, Jesús, ya, no te detengas, y sí, sí te detienes, lo metes y sacas rápidamente, lo sacas por completo y restregas sobre mi clítoris, que tiembla, que punza, agarro tu endurecida verga y la meto en mis rincones más ocultos, descubiertos para ti, Jesusito, sólo para ti, ¿me entiendes?, sólo para ti, tómame, penétrame, deslízate en mí, vente, vente, báñame, rocíame, mójame de tí, empápame...

Poco después del enésimo orgasmo, Jesús se quedó dormido. No podía haber mejor reencuentro. ¿Y mañana? ¿Las cosas tendrán que ser igual? No, por supuesto que no. ¿Y qué le voy a decir a Jesús cuando él se niegue a que continuemos como si nada hubiera pasado?, ¿me voy a acostumbrar a vivir con un semental?, yo no quiero tener hijos, ¿él querrá tenerlos?

Prudencia recordó la película "El imperio de los sentidos", que tanto le gustó a los dos. La noche que la vieron en casa de él, cual leones en celo, se la pasaron revolcándose por todos lados, hasta en la azotea. A ratos, él se dormía con su verga dentro de ella, que le pedía que no se saliera, y al despertar otra vez, y al final, él caía dormido, como ahora, y ya, a mi merced, a mi antojo, tan frágil, tan cazable, tan apetecible, ¿a qué sabrá su verga?, si sabe igual que su semen, mmmm, qué rico, doradita, que truene al masticarla, cronch cronch, y tus testículos, Jesús, tan grandes, tan potentes, ¡tan cumplidores, carajo!, al fin que a mí me encantan las criadillas de toro, ¿te acuerdas, Jesús?, sí, cómo no te vas a acordar si siempre que las comíamos, porque a tí también te gustaban, te la pasabas acariciándome la nuca y terminábamos revolcándonos y yo te los chupaba, ¿recuerdas?, pero llegaba el momento en que ya no respondían, tú te dormías y yo me quedaba con ganas, no se vale, Jesús, no se vale, no le hagas eso a mi vagina, mi rosada vagina, tan firme ella, tan estrecha siempre, a pesar de tanto que la penetraste, a pesar de tan húmeda, Jesús, ahora la tienes otra vez mojada y con deseos de que entres y salgas de ella las veces que quieras, ¿para qué me sirves, si tu verga no se pone dura por más que la beso y la chupo y la acaricio y tú roncando?, ¿recuerdas "El imperio de los sentidos", Jesús?, nosotros hubiéramos hecho mejor papel en ella, tú tienes mejor verga que el protagonista, me la voy a comer, Jesús, aunque nunca me la quisiste regalar cuando te la pedía, ¿lo recuerdas?, dámela, no, ándale, no, no seas malito, no, nomás la quiero para tenerla en mi buró, que no, así cuando tenga ganas de que me penetres lo hago yo misma y te imagino conmigo, no, me la voy a comer, Jesús, para llevarla dentro de mí, eternamente en mí, no te voy a lastimar, te la voy a cortar con calma, con cariño, con suavidad, para que me endulce el paladar, pero para que no te duela, primero voy a cortar tu garganta, Jesús, ay tu manzana de Adán, debe tener un rico sabor frita, tronadora, o en su jugo, sí, mejor en su jugo, tu sangre caliente, Jesús, mmmm, qué rico sabes, ¿recuerdas que lo primero que te dije cuando nos conocimos fue "qué rico hueles"?, no era tu loción, eras tú, era tu esencia, tus esencias, lo más puro de ti, lo más entrañable, un solo tajo certero de mi cúter, uno solo te evitará el sufrimiento, no te voy a lastimar, Jesús, ¿cómo crees?, me dueles y no quiero que te duela, lo haré con prudencia, como ya me conoces, con pasión, con tacto, por gusto, por placer, y para que las paredes no digan que eres un cobarde gritón, con mis carnosos labios te voy a tapar tu boca mientras desgarro tu garganta, Jesús, no te preocupes porque tu sangre manche mi colchón, no, tu sangre no mancha, purifica, Jesús, purifica...

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Prudencia se llevó a Pru a su recámara. Disponíase a ver una película en la tele, pero el perro estaba tan nervioso, que se metió con él debajo de las sábanas, tenía puesta sólo una minúscula playera roja, lo acostó, lo acarició, le habló con fervor y lascivia, lo besó en los ojos, las orejas, la nariz, Pru saca la lengua y comienza a lamerla. Prudencia con labios sabor a cabrito, Prudencia, mmmm, Prudencia, cuerpo fresco, oloroso, ay, tus tetas, Prudencia, tus tetas, prudente como serpiente y sencilla como paloma, sí, Pru, lámeme, chúpame, muérdeme, recórreme con tu lengua, excítame, Pru, excítame, lo necesito tanto, Pru, lo necesito tanto, tú tan templado, Pru, tan discreto, deja que Dens se harte de cabrito, tú me tienes a mí, tienes mis labios, mi cuello, mi espalda, mi ombligo, mis muslos, mi sexo, mi rosada rajita, rasurada, sin estorbos, libre para ti, Pru, para ti, lámela, es tuya, así, Pru, así, ven, súbete en mí, cariño, súbete, ven, abrázame con tus pezuñas, méteme ese pito puntiagudo, rojo de deseo, mételo con todo y bolas, que se deslice sobre mi punto G, mójame, Pru, hazme tuya, méteme tu verga, Pru, así, así, rápido, rápido, Pru, aahhhh, qué lindo perrito, qué linda verga tienes, Pru, muévete más, así, así, asííí, ay, mi dóberman, ¿quién como tú?, más, más, más, ouhhhh, aahhmmmm, quédate así, aaahhhhh, Pru, déjame tu verga adentro, como si se la dejaras a una perra, pégate en mí, Pru, pégate con tu verga a esta perra, no te vayas, deja que Dens siga comiendo cabrito, disfrútame, ¿estoy caliente, Pru?, ¿sí? Qué bueno que te tengo conmigo, Pru...

Era una costumbre.

A veces Pru, luego Dens, a ratos ambos.

-¿¡Qué delicia es ésta, oye!? -silabeó una de las amigas de Prudencia, al probar lo que ésta había cocinado.

-Ternera envinada a la naranja con ciruelas -recalcó con presunción, sabedora de que se cumplía su objetivo de sorprender a sus amigas con una comida especial... ¿Cuánto tiempo sin vernos, Prudencia? ¿A qué te dedicas, aparte de tu ingenio azucarero? A vivir, amigas, a vivir, que el mundo dejará de existir...

Para agasajar a sus amigas el domingo, Prudencia necesitó ocho kilos de ternera, siete naranjas medianas, un clavo de olor, cuatro granos de pimienta medianos, 50 gramos de manteca, una rajita de canela, dos dientes de ajo, un trozo de mantequilla, tres cuartos de litro de agua, cuatro pimientos morrones, doce ciruelas pasas grandes, dos tazas de vino tinto.

La cocción es rápida. El día anterior, hay que moler el ajo, el clavo, la pimienta, la canela, agregar algo de jugo de las naranjas, mezclar todo muy bien y verter todo esto sobre la carne en un recipiente en que éste quede apretado. Al día siguiente, sacar la ternera y freírla en manteca hasta que esté bien dorada por todos lados, añadirle entonces el jugo de naranja restante, el agua, y dejar cocinar hasta que la salsa se condense y la carne esté suavecita, mientras tanto, remojar las ciruelas, retirarle los huesos y molerlas, agregarlas a la ternera, después se le echa el vino y se deja a fuego lento, hasta que se haya consumido en un ochenta por ciento. Se sirve caliente.

**********

La noche anterior al cabrito en su sangre, Prudencia se fue de reven, sola. Estuvo en tres antros, los más exclusivos. En todos bebió tequila. Entrada la madrugada, regresó al primero que había visitado. Era un lugar gay. Allí conoció a una jovencita pelirroja bellísima de veinte años de edad, Yésica. Bebía su tequila en la barra. Prudencia la abordó. La chica también iba sola, acababa de conocer el sitio. Prudencia había estado allí en una ocasión, hacía ya muchos años. Allí quería ir con Jesús "N" el día que se reencontraron. Prudencia y la chica platicaron, bailaron, bebieron juntas, rieron, se abrazaron, se besaron, se acariciaron, se lamieron, la invitó a su casa y la otra aceptó gustosa.

Al llegar, Pru y Dens las recibieron con un júbilo inédito. Pru se fue sobre Prudencia y Dens sobre la pelirroja, quien le correspondió. Menos mal que le gustaban los perros porque Dens no la dejó en paz en ningún momento. Se sentaron en la sala y el perro la lamía en donde podía y meneaba la cola sin parar.

-¿Te gusta, chiquito? -acarició Prudencia a Dens, y éste comenzó a ladrar.

-¡Que lo tienes impactado! -interpretó ella, carcajeándose, con la botella de tequila en una mano y los caballitos en la otra. Yésica también reía y dejaba que Dens la lamiera por doquier.

-¿Pido su mano para tí?

-¡¡Guau, guau, guau, guau!!

-¡Dice que quiere toooodo contigo!

¡¡¡Jajajajajajajajajajajaja!!!

-¿Y cómo los distingues, si son iguales?

-Dens tiene la verga más grande...

¡¡¡Jajajajajajajajajajajajaja!!!

-No, ya en serio, ¿cómo los distingues?

-Dens tiene la oreja derecha más parada... y siempre anda con la verga ídem.

¡¡¡Jajajajajajajaja!!!

Salud, salud, salud, salud y más salud...

Prudencia, en la cordura. Yésica, zzzzzzzzzzzzzzz. Dens inquieto... Sí, desvestir a la chica. ¡Guau, guau, guau! Pru en un rincón de la sala. Yésica desnuda sobre el sillón. Dens lame y lame la nívea piel de la pelirroja, al descubierto el discreto triángulo rojizo en el vientre y el sexo liso, rasurado, sonrosado. Prudencia lo besa, lo chupa, aaahhh, con su lengua ardiente, perversa, mmmm, llovizna cálida, Dens lame y lame y lame. Prudencia sobre el clítoris de la chica, aaahhh, su dedo busca la húmeda vagina, pero está cerrada, Yésica es virgen... ¡Virgen!... Como ella cuando Jesús la hizo tener su primer orgasmo, estúpida, ¿cómo te atreves a aceptar mi invitación, siendo virgen?, así te quería, eres lo que andaba buscando, desflorar una vagina, no, no le voy a meter el dedo, no, ella no se merece tal castigo, no, mejor te la voy a dar a ti, Dens, ¿te gusta, Dens?, ¡guau!, ¿sí?, qué linda es, ¿verdad?, mírala, parece un angelito, nuestro angelito de la guarda es virgen, Dens, ¡virgen!, grr, grr, sí, Dens, un himen inmaculado, me lo encontré para ti, es tuyo, bésalo, lámelo, mmmuaahhh, chupa, Dens, así, mmmmmm, una vagina sellada, aaaahhhh, ¿quieres perforarla, Dens?, guau, guau, ¿sí?, ven, cariño, ven, a ver, mi querida, no te despiertes, complace a mi Dens, no lo desaires, anda, preciosa, ponte así, abre más tus piernas, ¿listo, Dens?, sube, hermoso, rompe ese sabroso himen, ay, muévete más, Dens, muévete más, ay, empuja, empuja, ¡ay!, ¿te duele, preciosa?, aguanta, aguanta, Dens sabe cómo hacerlo, ay, sólo afloja, es lo mejor que podía pasarte este día, empuja, Dens, ay, empuja, ¡aaaahhhh!, así, chiquito, sángrala, sángrala, aayy, yo me beberé sus fluidos, ay, ay, sí, hermosura, yo bebo su sangre, ninguna verga de hombre te hubiera hecho sentir mejor, aahhh, qué rica sangre te sale de esas cañadas internas, mmmm, ¿por qué te encontré hasta ahora, Yésica?, no importa, dulzura, lo bueno es que ya estás aquí, aaahhhh, qué bueno que Dens metió su verga en tu vagina virgen, dale más, dale mucho más, dale tus nalgas, tu culo, tus labios mayores, mmmm, carnosos, tu pulpa, tu estero de pasión, tus labios menores, tus rosados labios menores que saben a durazno con melón y miel, qué rico sabe tu sexo, por eso Dens te asedió de inmediato, tenía razón, pedazo de ternera, qué bueno que te emborrachaste rápido, imbécil, ¿ves?, ya perdiste, pendeja, tan chiquita y tan perdida, y tan grandota y todavía virgen, ¿ya ves?, ya perdiste, y con Dens, con un pinche dóberman, aaahh, qué linda verga tiene, ¿verdad?, pobre Dens, ya lo había castigado, yo nomás entregándome a Pru, mi Pru, con su oreja más chiquita pero con su verga bien paradita, jajaja, te tocó mi Dens, no te puedes quejar, ¿qué se siente tener su verga adentro, eh?, su líquido caliente, uno, dos, tres chorritos, uno tras otro, sin parar, feliz porque te desvirgó, ha de creer que eres una perrita, ¿verdad?, una perrita virgen en celo, vas a tener perritos, chiquita, ¡la primera mujer que pare perritos!, guau, guau, qué chulada, ¡y yo soy la dueña del padre!, ¡qué heavy estoy!, pero no, no quiero hacer escándalo, no quiero meter a mi Dens en líos, no, mejor le doy tu sangre, en honor a que logró penetrar tu inmaculado himen y te hizo vibrar, pedir más, más, aunque doliera, desvirgar a una pelirroja, ¡era mi sueño, Dens, era mi sueño!, ¿recuerdas que te lo dije?, gracias, Dens, gracias, eres el mejor amante, ¡sigue rociando a esta perra con tu semen!, cógetela, ¡guau!, sí, Dens, cógetela, es tuya, ¿quieres su sangre, Dens?, ¿quieres saber cuán sabrosos son sus glóbulos rojos?, ¡guau!, su sangre, Dens, su esencia, su elíxir, tú la desflorabas y ella ¡ay, ay!, jaja, qué estúpida, ¿verdad, Dens?, ser desvirgada por un perro, ¡ja!, qué ser más deplorable, Dios mío, ser cojida por primera vez por un dóberman, ¡Dios, entregarle el himen a un perro!, ¡¡y borracha!!..., vieja sucia, piltrafa, ramera..., bueno, no es cualquier perro, es Dens, qué bueno que le tocó a él y no a un pinche hombre, guácala, ¡a la chingada los hombres!, ¡arriba la vagina, cabrones!, aaaaagggghhh, ¿verdad que sí, mi Dens?, aaaaaggghhh, guau, guau, sí, Dens, bébete su sangre, igual que lo hace Pru, míralo, qué rico, mmmm, cómete sus glóbulos rojos, negrito, anda, bébete la sangre de esta idiota...

Prudencia descuartizó a la joven a un lado del sillón, allí mismo se comió los senos y los labios mayores de su sexo. Mientras tanto, Pru y Dens lamían sedientos la sangre que escurría de la garganta de la doncella...

Al rato, Yésica estaba como Prudencia acostumbraba conservar sus "manjares": en dos recipientes grandes, adentro del refrigerador. El sábado prepararía con ella "Cabrito en su sangre" y "Ternera envinada a la naranja con ciruelas".

*Fragmento del cuento "LA CANÍBAL (...o el tratado de la caridad)", del libro PRECOCIDADES (México, Editorial Resistencia, 2006), de FREDDY SECUNDINO S.



CANDIDATOS DE FOTO SHOP

COLUMNA

CHICOTAZOS

CANDIDATOS DE FOTO SHOP

FREDDY SECUNDINO S.

A dos meses y medio de las segundas elecciones federales más importantes de este siglo en México, los tres principales candidatos a la Presidencia de la República no han pasado de ser imágenes de foto shop y, peor aún, el grueso de los electores sigue yéndose con la finta y su decisión para señalar a su favorito empieza y acaba en una observación simplista y dominada por las reglas del consumo mercantil.

Los electores interesados en escuchar ¡por fin! propuestas honestas y claras para que el país salga adelante, somos rehenes de intereses sectarios y partidistas que luchan por el poder sólo para conseguir y/o mantener canonjías de grupo, sin importarles un comino los más de 50 millones de pobres en el territorio nacional, el cada vez más descarado narcopoder –nutrido y convalidado por una estúpida guerra sin estrategia, hecha sólo a base de balas y sangre-, la creciente impunidad, la inequitativa distribución de la riqueza, la casi institucional corrupción, la escasa rendición de cuentas, el encumbramiento de los poderes fácticos, etc. etc…

En los tres principales aspirantes a la Presidencia, salvo contadas excepciones, pululan los buenos deseos, los propósitos sin fondo, los “yo quiero un México…”, los “lo que México necesita” y otros barriles discursivos rotos por el estilo. Es decir, las frases hechas y fáciles, los lugares comunes.

Se han olvidado de las grandes reformas que requiere un país subdesarrollado para intentar codearse con los del primer mundo. Cada uno ha presentado, más que ideas claras y concisas sobre cambios grandes, sólo temas, los “qué”, no los “cómo”. Divagan en abstracciones sobre seguridad, empleo (en esto, AMLO ha hablado de cifras al estilo Calderón en 2006, confiado en el apoyo de un grupo fuerte de empresarios –como FCH en 2006- y cree que tan sólo por eso ya tiene la patente para darle trabajo a millones que ahora sufren por conseguir el pan –o la tortilla- de cada día), educación, justicia, el campo, el petróleo y otros tópicos de la agenda nacional.

Una vez más, imperan las campañas del espot, de las descalificaciones, de exhibir las debilidades del otro en vez de los valores propios bien entendidos e irrefutables. Todo acaba, nuevamente, en el efecto inmediato, fútil, volátil; en el eslogan publicitario cual estribillo de canción de cantina –o de antro, da lo mismo-, en la imagen falsa pero de mejor aspecto y que llene el ojo del electorado, más que responder a las necesidades del país por una silla presidencial bien ocupada.

Si hemos de basarnos en los números de las encuestas ya conocidas, hay un 30 por ciento de electores indecisos, un 15% que podría cambiar su voto y un porcentaje indeterminado de abstencionistas. ¿Cuántos mexicanos entonces llevarán a Los Pinos a quien gane? ¿Con qué tanto poder ciudadano gobernará? ¿Cuánto respeto y reconocimiento obtendrá y, sobre todo, merecerá?

Sea el porcentaje que sea, quien gane gobernará con el voto de la minoría de los mexicanos y ni siquiera con la de la mayoría de los electores (que no es lo mismo que la mayoría de los votos válidos emitidos). Su credibilidad será peor que la de Felipe Calderón, que ya es demasiado decir.

EL WILLIAM LEVY MEXIQUENSE

Muy pocos de quienes prefieren al priísta Enrique Peña Nieto podrán sostener con seguridad, certeza y la información política necesaria, que votarán por él por sus propuestas de gobierno. En primer lugar, porque éstas son muy vagas, generales y poco convincentes para el devenir nacional. Y en segundo lugar, porque sus adláteres mordieron el anzuelo por lo más blandito y superfluo: su imagen física. Las mujeres están con él por guapo, como si darle su voto fuera sinónimo de propuesta más que amorosa, sexual, y bastara para llevárselo a la cama, como es su ingenuo sueño. Esto, más que lástima, provoca risa.

Claro, al William Levy mexiquense le tiene sin cuidado que su imagen sea lo único o lo que más y mejor engancha a sus eventuales votantes. Por el contrario, sabe que, de ganar, gobernaría a un pueblo de desinformados, indiferentes y conformistas, que cuando protestan por lo que no les gusta lo hacen de boca para afuera, o aplauden al oír el coro, o bien reniegan con el hígado.

Mucho menos le importa que en las redes sociales –los verdaderos pizarrones públicos creíbles y honestos- “todo mundo” se burla de su vergonzosa ignorancia. ¿Para qué fijarse en eso, si en México ni siquiera la mayoría de los periodistas no lee ni tres libros al año, y muchos de los que leen o dicen leer no conocen ni la mitad de la mísera bibliografía que tal vez recuerda el candidato del teleprompter?

Cómo me gustaría que algún investigador universitario les hiciera a mis colegas periodistas la misma pregunta que marcó a Peña como un ignorante incorregible y de antología. Por esta identificación de sapiencia y nivel cultural e informativo, la mayoría de los que presumen de ser “analistas reconocidos” no le hicieron tanto caso a tales pifias de Peña, además –claro- de que muchos son sus simpatizantes.

Al William Levy mexiquense y a sus seguidores no les importa que el acelerado desempleo, la carestía, la espantosa inseguridad y el baño de sangre de la guerra antinarco calderonista deban tener ya un plan para ser problemas, si no erradicados en un sexenio, sí combatidos con inteligencia y resultados. Su guapura es suficiente para tranquilizar al país, su sonrisa cautivará a los empresarios para que creen empleos, la ciudadanía lo admirará y le dará los méritos que le faltan; y lo más espectacular y grandioso: los narcos y delincuentes utilizarán su dinero y poder para ser como él de atractivos y amables y gracias a ello negociar a capricho su impunidad.

Esto no lo digo yo, me lo han dicho en la calle hombres y mujeres, gente “del pueblo” (la “prole”, la bola de pendejos que lo envidian, como dirían la hija de Peña y su novio).

Peña Nieto ha sido, es y seguirá siendo el bonito empaque de una cajita que se vende en el mercado electoral, y los casi seis mil millones de pesos que su partido podrá gastar en la campaña, más los millones que no declare y sepa ocultar, serán más que suficientes para que sus equipos de expertos en mercadotecnia, publicidad, comunicación y política –en ese orden- traten de sostenerlo en el gusto del electorado, cual refresco de cola o bolsa de papas fritas, además de comprar a periodistas dispuestos a cobrar lo que sea por quedar bien con él y llevarlo al poder.

EL WALTER MERCADO OLMECA

Por su parte, Andrés Manuel López Obrador –quien “curiosamente” empieza a subir como la espuma, gracias a las burradas de Josefina Vázquez Mota (“La Jefa” de jefas) y su revuelto equipo- camina entre su irrefutable eterno mal humor y su maquillado intento de ser visto ahora como el Romeo moderno o supuesto Lula mexicano.

Esta especie de Walter Mercado olmeca –para muchos su nuevo apodo- en la pantalla electoral mexicana se empeña en quitarle a Peña, al menos, los votos de las amas de casa politizadas y las de bajos recursos que no se convencen aún de votar por el galán iletrado mexiquense. Pero su incorregible y acendrada terquedad lo exhibe en sus mítines y declaraciones ante la prensa, toda –o casi toda- ávida de provocar a su “encolerizado” hígado, más que a las neuronas del estadista que quiere ser.

Para su desgracia, sus adversarios aún conservan o se dejan convencer fácilmente con frases que en 2006 le sirvieron a la “mafia del poder” (como él la bautizó) para descalificarlo y hacerlo ver como “un peligro para México”. El grueso de los electores que le dio su voto a Calderón (aunque muy pronto se arrepintió de ello) nunca entendió, ni entenderá –y mucho menos podrá explicar con claridad- por qué AMLO es peligroso. Se cuelgan primitivamente del comparativo con Hugo Chávez y no tienen ni la más remota idea de quién es el aguerrido presidente venezolano (quien, por cierto, acaba de aumentar en más del 30% el salario mínimo en su país, ¡y lo llaman “populista”!).

Pero durante cinco años, AMLO contribuyó al estado vegetativo de esa animadversión simplista y hasta racista contra él y el PRD, que muchos conservan y a quienes lo que menos les importa son las propuestas de gobierno del tabasqueño. Puede más la repulsión física hacia él, que sus posibilidades de poder hacer de México un país admirable –políticamente hablando-, algo que ni Fox ni Calderón pudieron lograr ni en el nivel más elemental.

Cuando AMLO hubo amarrado a varios millones de eventuales votantes, tras cinco años de recorrer el país (en este sentido, es el único candidato que puede presumir de ser quien mejor conoce México), y también se enteró de que un buen número de los adinerados (la mentada “mafia”) no sólo estaban decepcionados de Calderón, sino que ya no quieren saber nada de él ni del PAN, sonrió, sacó su lado histriónico, dibujó un corazón en su frente y se sacó de la manga su tan criticada “República amorosa”.

Para sus más fieles seguidores, fue “una lindura”, pero sus eternos adversarios no lo bajan de cursi, como si esto fuera exclusivo en él y nadie sea víctima de los afectos fáciles y por eso también sea susceptible de verse y oírse igual o peor que el tabasqueño.

Esta “vuelta de tuerca” se le reconoce a López Obrador como político que quiere gobernar el país, pero el tiempo se lo está comiendo tan rápido como para que ese 30% de indecisos le dé su voto y gane el 1 de julio próximo.

Aunque seguramente subirá en las preferencias electorales –las reales, no las pagadas-, AMLO necesita mucho más que tender su mano amiga y franca en mangas de camisa y en espots que todos ven pero pocos atienden. Como bien lo dijo en febrero pasado el encuestólogo Francisco Abundis (de Parametría), la mayoría de las encuestas no sólo lo pondrán en tercer lugar, sino que lo presentarán como el seguro derrotado, por la sencilla razón de que la mayoría de las encuestadoras se ha comprometido ya con el PAN y/o con el PRI, y quien esté medianamente informada(o) debe saber que esas empresas ponen adelante a quien las contrate.

Con su declaración, Abundis (por cierto, no identificado con AMLO ni con el PRD), se convirtió en caníbal en su oficio (o como se dice en el argot periodístico, “perro comió perro”), pero ninguno de sus colegas lo desmintió ni dijo nada al respecto.

Resulta pues, al menos “curioso”, que diez sondeos independientes realizados con un universo electoral muchísimo más amplio que el de las encuestadoras más conocidas, ubiquen a AMLO en primer lugar, seguido de Peña y con Josefina en un lejano tercer lugar. Quien lo dude, que consulte la página 16 del periódico La Jornada del martes 10 de abril pasado. Entre esas empresas encuestadoras están: Univisión, ITAM, UNO Noticias, Demotecnia y Milenio TV.

Si esto se confirma, AMLO será visto por sus adversarios como una pesadilla para ellos y un peligro para México. Y si AMLO lo asimila bien y deja de victimizarse, será aún más amoroso que hasta ahora.

LA FLOR MÁS BELLA DEL EJIDO

Quien suponía que “todo México” (y hasta buena parte del mundo) la veía ya como la primera presidenta del país, no ha resultado más que una pantomima de un pretendido montaje teatral mal ensayado, sin dirección y con actores improvisados e inexpertos.

La rijosa y desgastante campaña interna en su partido, el PAN, no sólo continuó al ganar Josefina Vázquez Mota la candidatura, sino que se acrecentó, se hizo más evidente y acabaron lanzando obuses y misiles (digo, para ir acorde con el lenguaje bélico de Calderón) a diestra y siniestra, pero todos, por supuesto y sin excepción, pegaron en la ahora cómicamente bautizada como “La Jefa”, una etiqueta que no sólo le queda grande, sino que es un bumerán burlón que ya le provocó trending topics en las redes sociales, que la desprestigian aún más y la empujan en caída vertical en las preferencias electorales, aunque sus seguidores y encuestas la quieran sostener con pinzas en un hipotético y conformista segundo lugar.

Vázquez Mota, en vez de insistir en presentarse como la imagen de la mujer mexicana inteligente, luchadora y con carácter (“de falda, ¡pero con muchos pantalones!”… ¡¡já!!), debiera primero intentar (lo sé, algo casi imposible) borrar de sí ese retrato en sepia de “chica Ibero” con sonrisa forzada de la flor más bella del ejido. ¡Le urgen unas clases de educación de la voz –como a AMLO- y de actuación!

Rígida, plana, con personalidad cambiante, el rostro pétreo, incómodo, como harto de sí mismo, la mal llamada “Jefa” (¿de quién? ¿Del PAN?... No… ¿De su equipo de campaña?... ¡Menos!) va cada vez contra corrientes blanquiazules que, sin duda, la ahogarán en una campaña que se le hará eterna y torturadora.

Ella y su equipo de apoyo inicial creyeron que llegarían a Los Pinos el 1 de diciembre próximo sin mayores problemas, y que por el solo hecho de ser mujer, el electorado femenino se sentiría identificado con ella en automático, a ciegas, y formarían una multitudinaria cadena histórica con ella al frente y harían de México un país mucho más próspero que la Alemania de Angela Merkel, el Chile de Michelle Bachelet, la Argentina de Cristina Fernández, y hasta el Brasil de Dilma Roussef (aunque apenas empieza), ya no digamos el Israel de Golda Meier... Nada más iluso y políticamente ingenuo.

La manera tan elemental de armar una campaña mediática se tropezó muy pronto –y qué doloroso ha sido para ella- con una espinosa y sinuosa realidad. A la pesada carga moral de un foxismo frívolo, corrupto y torpe, y a un belicoso, sangriento y catastrófico calderonismo (cuyos logros -de ambos-, por muy aceptables y valiosos que pudieran ser, no alcanzarán para calificarlos medianamente en la historia nacional), Vázquez Mota cayó en las filosas fauces de sus propios errores y los de su equipo.

Sabedora de eso y de que, sobre todo, la peor campaña negativa y la guerra sucia son de sus correligionarios (recuérdense las descalificaciones, duras pero ciertas, de Ernesto Cordero en la batalla interna del PAN, quien -¡mire usted qué casualidad!- ahora es su asesor), Vázquez Mota no sólo ha tenido que llamar en público a los panistas, una y otra vez, a la unidad y la fuerza conjunta, sino que se deslindó de Calderón –de quien nunca fue su candidata y quien finalmente terminó por tomar el control con tanto descaro, que incrustó a sus incondicionales y familiares, entre los que le harán la campaña a Josefina-. Esto quiere decir, simple y llanamente, que deberá hacer y decir lo que ellos le digan, le guste o no y aunque en público digan o aparenten lo contrario.

Tras innumerables errores y aclarar que no renunciaría a la candidatura –rumor que esparcieron sus compañeros de partido-, la susodicha “Jefa” dio un supuesto “golpe de timón” cuya imagen y discurso son tanto o más belicosos y soberbios que los de Calderón en su sangrienta lucha antinarco. Han incrustado términos como “guerra”, “ejército”, “fuerza”, etcétera.

Es evidente que no sólo no les importa dividir otra vez (como en la campaña de 2006) a la tan de por sí boquifloja y excluyente sociedad mexicana, sino que mantienen la necrófila ocurrencia de que los 50 mil muertos en la guerra antinarco calderonista “son los menos” o “los malos”, como diría el chaparrito pelón de lentes. ¿Acaso pretenden someter aún más al país bajo el rojo clima de miedo y zozobra en que ha vivido todo este sexenio?

Tal parece que sí.

De continuar como va, abrumada y ahogada en un grupo broncudo y disímbolo entre sí, en el que todos quieren ser jefes de todos, Vázquez Mota acabará la noche del 1 de julio próximo como Roberto Madrazo en 2006: en la soledad de un lejano tercer lugar y en la soledad con su familia, olvidada por quienes hoy dicen que llegaron para ayudarla a ganar, algo así como el Tri del futbol mexicano en Sudáfrica 2010 soñando con obtener la Copa del Mundo.