COLUMNA
CHICOTAZOS
AY SÍ AY SÍ, CHAVOS vs. PEÑA
FREDDY SECUNDINO S.
Con la absoluta
seguridad de que Bruce Lee y Peña no, hoy me regocijo tratando de emular,
al menos, las migajas letrísticas de un tal Krauze, el ya fallecido autor de “La
silla del águila”, uno de los tres libros que han marcado mi vida (es que habla
de un águila –macho, por eso el “un”— que sufrió una metamorfosis y cuando
despertó el águila-dinosaurio ya no estaba ahí y se convirtió en un joven guapo
que amaba la política y un día decidió ser presidente de su país y… eeeeeehh…
ejem… eeeeehh... híjole, es que no he terminado de leerlo porque apenas lo empecé hace
cinco años).
Y es que, bueno, ejem, eeeehh, todo
esto viene aquí porque, como soy un “prole” honrado y sé leer, me he puesto a
ver en el FB (o sea, el Facebook, para loosers
que sólo ven televisión) que la “prole” unida jamás será vencida, a pesar de
que el Chucky presidenciable (el títere hijo de Elba Esther Gordillo, o sea, el
charlatán y demagogo bigotón del Quadri) considera “fascistas” y copia de las
juventudes hitlerianas a los chavos universitarios que lo han corrido de sus
escuelas y, de paso, defiende –cual Solín región 575– a su amiguis, el kalimanesco
William Levy mexiquense del Peña Miento.
También, claro –y quizá sobre todo–,
porque hay periodistas quienes en sintonía con el susodicho títere no sólo
minimizan las marchas de la chaviza contra la desinformación de las campañas
electorales, sino que los desprecian porque –según ellos, igual que Peña y
anexas– son orquestadas y manipuladas por “el candidato de la izquierda” (uno,
que es muy preguntón y “prole” no manipulado, se queda pensando a quién se
refieren porque no dicen el nombre del presunto culpable y hay cientos de
candidatos de la izquierda).
Ahora resulta que la libertad del “prole”
termina donde los peñistas dicen que debe empezar la de ellos. O sea, como no
puedo expresar ni siquiera un “¡Peña, la Ibero no te quiere!”, me atengo (OJO: dice a-ten-go, no ATENCO) a ser
considerado un porro intolerante, acarreado y manipulado por el Hugo Chávez
olmeca que es un peligro para México y, por ende, ni yo ni mi manifestación somos
genuinos.
O sea, ¿cómo, güey? No mames, güey, yo
sí me informo, güey, yo sí leo, güey, por eso amplío mi vocabulario, güey, y no
sólo utilizo una y mil veces, güey, los mismos terminajos (o sea, intolerante,
fascista, porro, acarreado, manipulado). Por ejemplo, ¿cómo voy a criticar a mi
hermana, güey, cuando se la pasa gritando en su casa, cual guacamaya en celo y
bien arrecha: “¡Peña, bombón, te quiero en mi colchón!”. O sea, ¿cómo, güey? ¡¡Vaya
ingenio, güey!! Yo qué culpa tengo que a mi cuñado no le salte el pajarito (no,
no me refiero al toro que saltó del ruedo en la Plaza México) y no le dé pa´ sus
tunas a su vieja, cuya porra pendeja (perdón, pero me duele porque es mi
sister, güey, sangre de mi sangre… bueno, eso creo) es proporcional a la
incapacidad hormonal del que tiene como marido. ¿Cómo que quiere en su colchón
al mito genial del William Levy mexiquense? O, peor aún, que cada vez que ve a
su Jimmy Neutrón cuarta región le cante “yo no soy gaviota, por ti seré por ti
seré”. Chale, güey, ésa es libertad de expresión, güey, pero nadie le dice
nada. Ni siquiera mi cuñado, güey, ya no digamos los vecinos (bueno, las
vecinas son igual que ella y los vecinos igual que él, así que la pobre no
tiene pa´ cuándo ni con quién. Chale, güey…
A lo mejor nosotros los “proles” no
hemos podido entenderlos a ustedes los ricos (bueno, a ustedes los peñistas).
Porque si de libertades se trata, pos la neta a mí me parecieron muy chidas dos
rolas que una de mis amigas del FB me enlazó. Una dice “quén pompó, quén pompó,
quén pompó campañita, quén pompó”. Chida la letra, ¿no? Con mucho mensaje,
güey. No sé de quién sea (a ver, atínale al precio que le pongo y te lo pago… ¿No
me crees? Bueno, va, te lo firmo y te lo cumplo, tú me conoces… Ah, ¿no?... Pa´
que me lo creas, yo soy parte de esa bola de pendejos que forman parte de la
prole que sólo critican a quien envidian. Digo, a lo mejor quien lea esto no
usa Twitter, pero a mí no se me olvida eso que escribió arrobaJojo Torre (o
sea, José Luis Torre) el 5 de diciembre del 2011, a las 00:38 horas, y que su
morrita, o sea, su chava, arrobaPau_95Pena (o sea, Paulina Peña Pretelini)
retuiteó, o sea, copió tal cual y lo puso en su cuenta de Twitter. Bien que lo
recuerdo yo...
La otra rolita bien chida, güey, es una
de un tal Ricky Luis (dicen que hace unos años, al güey le gustaba andar todo
un mes con el mismo pantalón), que en una parte dice: “Jefe, qué bonita está su
esposa, sin cirugía y nada de liposucción. Con respeto, qué preciosas nalgas
tiene, para triunfar dicen que no hay nada mejor”. ¡¡Ups!!... Jajaja (así
ponemos los “proles” en FB y Twitter cuando queremos decir que nos reímos
enseñando la mazorca)…
¿Y qué, sólo por esto me van a acusar
de intolerante y vulgar? Chale. Bien dijo George Orwell que libertad es el
derecho de decir a la gente lo que no quiere oír.
Yo, como buen “prole” informado, quiero
info de las campañas presidenciales que me llene la inteligencia (aunque sea
poquita, ¡pero tengo!), no los ojos, por más preciosas que estén las nalgas de
la esposa del Jimmy Neutrón ése. Yo no soy un “prole” teledirigido –como le
llamaría Giovanni Sartori a los seguidores del candidato copetón mexiquense–,
ni quiero formar parte de la Generación X de principios de este siglo, por
pasivo, desorientado y desinformado.
Tampoco quiero que otro Jean Paul
Dubois (autor de ese calificativo que marcó a los chavos de finales del siglo
pasado, en un artículo en el periódico francés Le nouvel observateur) venga a clasificarme de modo similar –con ser
“prole” me basta, al fin que ya me nombraron así los filósofos Torre y Peña–, sólo
por callar lo que en mí se engendra como grito o disgusto, así sea que un titipuchal
de los 7.8 millones de “ninis” mexicanos se mueran de envidia al ver al copetes
en foto o en la tele, ellos por parecerse a él, y ellas por soñar con
llevárselo a su colchón. (¡Ay, Peña, Peñita, si yo fuera tú, sería como un
barco pesquero en alta mar: con cientos de gaviotas a mi alrededor cual moscas
hambrientas! ¡Ay, gaviota, gaviotita, si yo fuera tú, sabría qué es un orgasmo!
No les hagan caso a esos y esas envidiosos y envidiosas que no quieren ser como
ustedes. ¿Cuándo habían tenido un candidato como tú y una futura primera dama
como tú? ¿En qué país se dan el lujo de tener una pareja presidencial como
ustedes? A ver, en cuál. Creen que las calles son suyas y las redes sociales
también. ¡Ya chole con su dizque “efecto Ibero”! ¡¡Al diablo con su dizque “simulacro
electoral en la UNAM”!! Bola de acarreados, porros, manipulados. Bien lo dijo
el gran maestro, gurú del nuevo siglo mexicano, el gran Quadri: ¡¡fascistas!!
Bola de mugrosos, se creen árabes mexicas, pinches indios hijos de los
indignados españolitos, copia falsa de los ocupas gringos. ¡¡Tomen su
libertad!! Nosotros tenemos a la tele, la radio y casi todos los periódicos… y
al buen Quadri con su baticombi, pa´ que más les duela. ¿Quién nos gana, a ver,
quién?.)
Bueno, bueno, si se trata de ser
intolerante –y después de este largo e intolerante y fascista paréntesis–, pues
yo lo soy más porque no me dejo manipular por nadie y salgo a las calles a
exigir equidad en la info y no me importa que por eso me llamen porro,
acarreado, fascista o de otro modo. No estoy solo, ni somos unos cuantos, ni
somos cien, prensa vendida, cuéntanos bien…
Si los rectores de las universidades
Iberoamericana y Autónoma de Querétaro reaccionaron ante las descalificaciones
de Peña y el títere peñista de clóset (o sea, el engañabobos del Quadri, ¿quién
más?), ¿por qué los “proles” –ricos y no– han de callarse?
Aunque a fuerzas y presionado por las
críticas y por los “pirruris” envalentonados como nunca, Su Santidad (perdón,
el sacerdote jesuita) Dr. José Morales Orozco envió a la comunidad Ibero (no a
todos, claro, sobre todo a profesores y estudiantes de posgrado) un texto en el
que dice que la Ibero “no comparte las expresiones que traspasaron los límites
del respeto, de algunos estudiantes, cuando el Lic. Peña Nieto salía de la
universidad”. Pero no le quedó otra más que rechazar lo dicho por el candidato
presidencial y su partido, y dijo que decir que “la movilización de sus
estudiantes obedeció a algún tipo de manipulación interna o externa es insultar
su inteligencia y su libertad” (la de los chavos, claro).
En ningún momento del texto –muy corto,
por cierto– mencionó que horas antes de que abrieran las puertas del auditorio
para el acto peñista, camiones llenos de acarreados entraron sin problemas, con
pancartas de apoyo a su candidato, ocuparon buena parte del butaquerío y
preguntaron y aplaudieron al de la esposa sin cirugía y nada de liposucción,
como diría Ricky Luis. (Uno, que es un “prole” bien intencionado, se pregunta
porqué no se refirió a la histórica pregunta del copetes a su jefe de
seguridad: “¿afuera hay salida para salir?”... Es que para entrar adentro no entró
por la puerta de entrada… Jeje… Ni mucho menos mencionó el rector jesuita que
los paleros acarreados fueron los que vitorearon al tal Peña Miento cuando la
mayoría gritaba “¡¡Fuera, fuera!!” y “¡¡Peña, la Ibero no te quiere!!”).
Por su parte, el rector de la UAQ,
Gilberto Herrera Ruiz, dijo que el tal Quadri, al llamar “provocadores y
fascistas” a los chavos que lo cuestionaron y corrieron igual que a su amiguis
de la Ibero, insultó la inteligencia de los jóvenes, y que su dicho “representa
un ataque a su libertad y habla mal de un candidato que quiere dirigir el país
porque constituye una señal de desprecio a los métodos de acción política de
otros”.
Y es que no, candidatos fulano y
mengano (o sea, Peña y peñista de clóset), no crean que todos los millones de
jóvenes de entre 18 y 29 años de edad (30 por ciento del electorado) son
manipulables por ustedes y la tele y todos sus medios paleros. Ni siquiera los
que de esos millones votarán por primera vez. Muchos sí lo son, claro, y se
vanaglorian de ello y lo presumen en las redes sociales. Una parte, por
desinformados, apáticos y sin criterio, y otra porque no les importa tener un
país mejor y, como al candidato priista, les da güeva cultivarse, tener al
menos tres libros y leerlos en un año o más tiempo… ¿pa´ qué leer?...
(Uno, que es un “prole” que escucha
cual pared, no olvida a aquel pirruris Ibero que en los baños de la UI se queja
ante un compañero porque su maestro lo reprobó. ¿Por qué, güey?, le pregunta el
zutano. “Güey, nos dejó de tarea algo sobre las mil y una noches y yo, pues
como verás, normal, güey, ¿no?, pues no tenía la más puta idea de qué era, o
sea, no mames, güey”, contestó el dizque estudiante. ¿Y luego?, inquirió el
otro. “Güey, antes de acostarme que me acuerdo de la pinche tarea y pos que me
voy al Google, güey, normal, ¿no?, y ¡zas!, que me encuentro algo chingón, acá,
como un poema, güey, cortito, que lo imprimo y pues se lo entregué al tícher,
güey”, se congració el tipo. ¿Y luego?, repitió ansioso su pregunta su cuate de orines. “¿Qué
crees que hizo el maestro, güey?”. ¿Quéééé? “¡¡Me balconeó delante de todos,
güey!!”. ¿Por qué, güey? “Pues que dizque era una canción de Flans, güey”.
¡¡¡No-ma-meeeeesss!!! “Sí, güey, yo qué putas iba a saber que era una canción,
güey, si en el Google decía las mil y una noches, güey"...).
Pero los demás chavos, los otros, los “proles”
informados, aunque no tomen las calles, están haciendo del 2012 su propio 1968.
Iberos, pumas, politécnicos y de muchas otras universidades del país, públicas
y privadas. Son los “indignados” mexicanos. No necesitan que un candidato
presidencial los convoque. FB y Twitter hacen ese papel. Les preocupa, si no el
futuro de los otros –apáticos, manipulables y desinformados incluídos–, sí el
de ellos mismos.
A pesar de tan chavos, no quieren que
los aniquile la desesperanza que ya les llegó –cual ola pestilente– a la nariz,
de la mano de la inseguridad y el desempleo provocados por un gobierno
militarizado y sordo al reclamo generalizado.
Muchos no quieren que algún familiar o
amigo(a) acabe un día, de continuar el país dirigido por políticos que los
llaman fascistas e intolerantes, suicidándose como aquel empleado griego
jubilado que a los 77 años, hace poco, se quitó la vida en protesta por la
severa crisis económica que estaba por mandarlo a la calle a buscar su comida
entre la basura, aunque antes escribió una profética carta que a la letra dice:
“Creo que los jóvenes sin futuro tomarán las armas un día y colgarán a los
traidores de este país cabeza abajo, como los italianos colgaron a Mussolini en
1945”.
Los chavos mexicanos que están tomando
las calles, esa “prole” leída e informada que se autoconvoca a través de las
redes sociales como lo hicieron los árabes, los “indignados” españoles y los “ocupas”
gringos, no quieren que les quiten la esperanza, a pesar de vivir en la
desesperanza. Su futuro está en juego, pero no quieren darle la razón al
jubilado griego suicida (no quieren tomar las armas), ni a los paleros de un
candidato presidenciable en sus medios de comunicación y quienes los llaman
fascistas e intolerantes. No, se quieren valer de su razón y su voz, de la
unión y la fuerza que en conjunto sean capaces de ejercer con una boleta
electoral que el 1 de julio próximo materialice una revolución cultural, de
conciencia política, silenciosa, madura, ésa que más odian los que ahora los descalifican
y menosprecian.
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