COLUMNA
CHICOTAZOS
POLÍTICOS MEXICANOS NOBEL DE LITERATURA
FREDDY SECUNDINO S.
Sucede que a
este escritorzuelo le ha dado por hablarles bonito, pues quiso que el tema de
esta columna les pareciera algo chistosito. Perdonen ustedes, chiquillas y
chiquillos, si abuso demasiado con esto, tómense una Alka-Seltzer o un Sal de Uvas,
no vaya a ser que les resulte indigesto.
Y es que hace unos días, estos ojitos,
que son pa’ los gusanos, sorpresivamente, no paraban de llorar…, porque el
chaparrito pelón de lentes se desgañitaba hablando de un México sin par.
¿Que nos deja un país más seguro? No, qué
va, ¡¡segurísimo!!... ¿Que estamos re-felices por tanta salud? La neta, la mera
neta, ¡¡sanísimos!! ¿Que hay miles de niños que no van a la escuela? Mentira, van
de la manita, ¡¡uno a uno, por igual!!... ¿Que millones de jóvenes ni estudian
ni trabajan? ¡Ja!, los ninis son un
mito genial…
En fin, porái iba su verborrea (ya
saben ustedes que es su costumbre), si bien aclaró que “aún falta mucho por
hacer”… Jeje, pues sí, digo yo, “no hay borracho que trague lumbre”.
Pero eso no fue lo más lindo que mis
castos oídos disfrutaron. En la ceremonia del Día de los Niños Héroes, por
poquito no estallaron. ¿Quieren saber por qué?... Pues resulta que una
muchachita, cadete del Colegio Militar, habló mejor… He aquí una probadita:
No, no, no…, no puedo ponerlo textual
(no quiero rebajar la grandeza de su dicho), pues si el de aquél era un país
hermoso, al de esta mujercita hay que ponerlo en un nicho.
Que México está así (¿cómo?) por los
malosos, todo mundo está tranquilo y laborando, fuentes de trabajo, ¡uf!,
sobran, lo que pasa es que pocos las están aprovechando… Que lugares “que antes
eran de los delincuentes” ya son zonas de paz y convivencia familiar, sólo a
los amargados se les ocurre decir lo contrario, nomás quieren a este buen
gobierno desprestigiar… ¿Quién miente diciendo que no hay trabajo?... Pero
claro que lo hay, ¡y mucho!... Lo que pasa es que los llamados ninis son unos güevones que detestan
ponerse duchos.
Al escucharla tan serena y segura, yo
creía que estaba soñando, pero no, era su mera verdad, ése México está ella
habitando.
Por eso, enjugué mis lágrimas de
cocodrilo y mejor me puse a meditar: México, me dije, es ya un país seguro y
justo, nomás hay que saberlo mirar. Y como me sobra tiempo y para hacer algo a
veces me pongo a leer (al menos, tres libros, como quien ustedes ya saben), les
comparto mi eventual quehacer.
Revisé mi bibliotequita ¡y no van a
creer lo que encontré!... Uno, dos, diez, cien, ¡muchos! libros increíbles,
tantos, que mejor ya ni los conté. Y aunque se queden tuertos, échenle un ojito
a esta lista, ¡puro merecedor del Nobel de literatura!... ¡¡Habrásen visto
obras tan exquisitas!!
Don
Felipe de Jesús (oséase, Felipillo de los Pinos): Memorias del subsuelo.
Rosario
Robles: A los pies de un Buda
sonriente.
Andrés
Manuel López Obrador: La invención de
la soledad.
Javier
Lozano: El gatopardo.
Genaro
García Luna: El cuaderno rojo.
Josefina
Vázquez Mota: Pálido caballo, pálido
jinete.
Carlos
Salinas: El fantasma de Harlot.
Vicente
Fox: De la vida de un inútil.
Gustavo
Díaz Ordaz: Criaturas de la noche.
Consejeros
del IFE: Teatro de alto riesgo.
Magistrados
del TEPJF: El secreto de vender.
Gustavo
Madero: En busca del tiempo perdido.
Elba
Esther Gordillo: Travesuras de la
niña mala.
Cuauhtémoc
Cárdenas: Don Segundo Sombra.
Ernesto
Zedillo: La importancia de llamarse
Ernesto.
Enrique
Peña Nieto: Elogio y defensa del
libro.
Beatriz
Paredes: Círculos.
Emilio
González Márquez “El góber cristero”: Con
un poco de ayuda celestial.
Don
Felipe de Jesús y Enrique Peña Nieto: Conversación
entre las ruinas.
Gerardo
Fernández Noroña: En la punta de la lengua.
Marcelo
Ebrard: El alcalde de Zalamea.
Alonso
Lujambio: El pabellón del cáncer.
Enrique
Peña Nieto y Angélica Rivera: El amor
en los tiempos del cólera.
Carlos
Salinas: El padrino.
Agustín
Carstens: Bola de sebo.
Ernesto
Cordero: Las ilusiones perdidas.
Jesús
Zambrano y Andrés Manuel López Obrador: Amor
perdido.
Vicente
Fox y Don Felipe de Jesús (oséase, Felipillo de los Pinos): El hombre mediocre.
Mario
Marín: El sí de las niñas.
Gabriel
Quadri: La mascarada.
Como ustedes ya
se dieron cuenta, esto es sólo una humilde probadita de mi aporte para una lectura
envidiable, mucho menor, claro, a la que un ex góber mexiquense invita.
Si acaso, sin ser mi intención, les
provoqué una carcajada, debo aclarar que no buscaba la burla esta escolapia e
irónica rimada. Fue sólo pa’ demostrarles que, como dirían los susodichos del
principio de esto, en México lo que sobra es trabajo, y para eso yo estoy más
que puesto.
En otra ocasión, tal vez, continuaré
con estas ocurrencias, si ustedes me lo permiten, pa’ la próxima lo haré sin
clemencia. Por el momento, déjolos en paz, canto así mi retirada, que con esto
tengo bastante, pa’ que me lleve la… versada.
Pero como son días de fiesta, en este
país de abusados y bribones, me voy sonriendo y gritando ¡¡¡Viva México, c…opetones!!!
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